Estas son las segundas Navidades sin mi madre, curiosamente ninguna de las nochebuenas en las que me ha faltado he podido cenar, por más que mi padre se empeña en traerme cosas ricas el estómago se me cierra y no me entra ni un bocado.
Es como si mi cuerpo se cerrara en banda porque esa noche no tiene nada que celebrar, así que , me tumbo en el sillón y reenvio mensajes casi por quedar bien, de hecho este año he reenviado el mismo a todo el mundo, esos mensajes multitudiarios que no me gustan nada pero que ya están hechos y no hay que pararse a pensar.
No me lo he currado nada, porque me faltan las fuerzas, no significa que no me importen las personas a las que se los mando, es simplemente que entro en el juego de esa noche.
El año pasado por estas fechas estaba recogiendo la ropa limpia de la cuerda, había lavado el mantel y las servilletas que teníamos en casa cuando mi madre aún estaba con nosotros, cuando las recogí y me puse a doblarlas me inundó una gran tristeza..., la suya tenía los pliegues diferentes a los nuestros , estaba doblada como ella la doblaba siempre, algo tan simple era un recuerdo aún factible de cómo ella hacía las cosas.
Me quedé un rato viendo esos pliegues , acariciándolos... y pensando que cuando las planchara se borraría una nueva marca suya , cada día quedan menos cosas materiales de recuerdo.
Me da pena que ya nunca coma con nosotros y que ahora las servilletas que uso sean de papel.
"Hallelujah" by Rufus Wainwright, la canción que siempre me gustó para una boda, yo no la escucharé en la mia, pero también me vale para una Resurección...
1 comentario:
no a la plancha ... que bonito chusa
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