Hacía tiempo que una carta en el periódico no me llegaba tan dentro, quiero dejarla escrita en mi blog, porque no puedo dejar de pensar en lo que leí en el semanal del domingo... y quiero compartirlo con cualquiera que se detenga a leer esta entrada.
La echo de menos
" Una vez leí, en algún sitio, que la vejez es un premio que te da la vida por haberla vivido.
A mi madre, la vida le ha negado el premio, y le ha dado una enfermedad, el alzheimer, que le hace, lo más indecente que se le puede hacer a una persona:te impide ser tú.
No hay recuerdos, no hay vivencias, no hay confortación, no hay experiencia, no hay sabiduría.
Mi madre, mi verdadera madre, se murió un día- no se cual- de estos dos últimos años.
Ya no está. La echo de menos. Queda una carcasa, digna de respeto y cariño, pero un tanto extraña.
Y me queda a mí una inmensa pena y una agotadora sensación de culpabilidad.
¿Puedo hacer más?
¿Debo?
Quiero lo mejor para ella.
Quiero darle vida.
Quiero llevarla a ver a sus seres queridos, pero no puedo volver a ver en sus ojos, la angustia de esa pregunta: "¿este quien es?"
También quiero vivir. Y ver como mi mujer vive, porque esta enfermedad es así. Cruel al completo, sin tomar prisioneros.
Mamá te quiero mucho, pero te quise más.
No me mires así. Ya se que no me entiendes."
Jose Luis Velázquez de Giles
Teruel
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