Ya hemos vuelto de vacaciones y añoro la sencillez de este verano.
Mis días han sido de lo más simple que uno puede imaginar, y ahí radica lo mucho que lo he disfrutado.
Jamás pensé que podría pasarlo tan bien con la rutina de los días en la playa, nadar con mi hija, montarla en el trenecito mientras le dices adiós a la gente que se para a mirarte,
llegar hasta el columpio amarillo cada tarde para acabar recogiendo piedras y hacer con ellas diferentes formas para entretener a Olivia,
conseguir subir hasta el último peldaño,
que me columpie mi niña, esperar a que atardeciera viendo como se despeja la playa es uno de mis momentos preferidos, ver su risa cuando la monto en los caballitos, luchar con bajarla mientras llora sin parar, comprarme pulseras hippies y dos vestidos en los moros,tomar sardinas con mi padre, hacer crucigramas mientras desayuno en la terraza, dormir la siesta ,
esperar la llamada de mi chico, hablar con él, comer tomates que saben a rama, y hacer albondigas con la arena para tirarlas al mar...
Arctic Monkeys - A view from the afternoon
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