Cuando los cuadros hablan lo hacen con sonidos, tristes cuando la gama va del gris al negro, melancólicos cuando el azul se convierte en un mar en calma, o la locura estridente cuando el amarillo es el protagonista,
pasional con el rojo y en silencio con el blanco, este fue el tema del taller de hace unos domingos en el Reina Sofía para niños y allí estábamos nosotros, escuchando el violín...ese precioso sonido que tiene embelesada a Olivia y que antes de dispersarse por la sala fue capaz de cerrar los ojos y disfrutar sólo por unos segundos de él.
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