En urgencias se pasan las horas del día y de la noche a un ritmo diferente a cualquiera.
El cuerpo se queda en espera igual que la sala en la que estás, de hecho ayer en todo el día no sentí sed, ni hambre ni siquiera pude mear.
En aquella sala sólo la espera, todo mi cuerpo en alarma, queriendo saber porqué mi niña no sonríe, no juega, ni se escapa a gatear, sólo lloriquea y se acurruca entre mis brazos sin poder balbucear.
El cuerpo se queda en espera igual que la sala en la que estás, de hecho ayer en todo el día no sentí sed, ni hambre ni siquiera pude mear.
En aquella sala sólo la espera, todo mi cuerpo en alarma, queriendo saber porqué mi niña no sonríe, no juega, ni se escapa a gatear, sólo lloriquea y se acurruca entre mis brazos sin poder balbucear.
Pasan las horas y todo tu sistema reacciona cuando oyes su nombre por megafonía a cabina 8, entonces es cuando empiezas a sentir algo.
Son los dias de la espera, a ver como reacciona a lo que le van metiendo en su pequeño cuerpecillo.
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