Madrid sigue sin playa, pero nosotros nos conformamos con estos chorros que salen haciendo un juego de agua en forma de nubes vaporizadas.
En esta playa no cubre, pero esa lámina de agua de sólo tres centímetros de profundidad permite que camines sobre ella y que si te esperas un rato se pongan en funcionamiento los chorros que suben hasta los edificios y que permiten darte un buen chapuzón, no huele a mar, ni tampoco te cubren las olas, pero las risas de los niños son las mismas que cuando te dan un revolcón.
Lo mejor de esta playa es que el olor a asfalto y humo se disipa entre los árboles que empiezan a crecer, cambiando las palmeras por las higueras mientras las fotos salen con este tono gris de mi ciudad...
Aquí No Hay Playa - The Refrescos.
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