Ayer subimos a Navacerrada a animar a los ciclistas de la vuelta a España, fue un día genial después de que a Olivia se le pasaran los síntomas de la biodramina y nos pusieran unas patatas revolconas con chorizo y unas migas con uvas.
Vimos vacas, pisamos charcos, hicimos carreras y sobre todo gritamos como bellacos a cada ciclista que subía el puerto con cara de resignación..., mi chico les llamaba por su nombre y Olivia aplaudia sin parar...estos momentos crearon la situación propicia para que yo pudiera hacer la mejor foto del año, el color del cielo, la riada de ciclistas y sobre todo la cara de emoción, y disfrute completo de Olivia animando a rabiar, por eso en cuanto disparé sabía que tenía captado justo lo que quería y que no dejo de mirar...fotos como esta son para mí la magia de la fotografía, captar el momento exacto, mantenerlo en la retina y dejarlo plasmado aquí...para no olvidar nunca esa expresión y por cierto, recordarme que tengo que cortarle las uñas a la niña que las tiene llenas de mierda...
No todo fue perfecto, el coche se quedó embutido en un barranco y hasta que no nos quitaron todos los de delante no pudimos bajar a Madrid y eso que mi chico cuando lo dejó allí sabía perfectamente que de allí no saliamos...,pero es que él es así...y a mí me gusta.
Interpol - Slow Hands Live
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