jueves, 7 de febrero de 2008

BALLET



Mi madre me apuntó a ballet cuando tenía seis años, decía que me vendría muy bien para la espalda y para andar con gracia, mis dos clases extras eran inglés y ballet, curiosamente a las dos cosas que más tiempo dedicaba y que peor se me han dado en la vida.
Del inglés ni hablamos..., ni hablo y del ballet ..., cómo me gustaba el ballet.

Me encantaban esas clases, estaba deseando que llegaran los martes y los jueves, nos poníamos el maillot azul marino, las medias color carne y las bailarinas con puntera.
Era un ritual precioso, el olor de la piel de las bailarinas y lo blanditas que estaban.
Mi profesora era muy, muy delgada, olía a un perfume intenso que yo sabía que era francés y bailaba ante mis ojos como una princesa.

Eramos seis niñas en la clase y había una barra larga donde nos poníamos con la musiquita y la pierna para arriba y el brazo a un lado y la espalda recta y la barbilla pa arriba y A terré y Derriere y Demi Plié Y Gran Plié.

En fin de curso, las de ballet hicimos un numerito en el teatro del colegio Maravillas, el gran estreno..., delante de gente y con las luces en el escenario, ¡Qué gran día!, me pintaron los labios, y me pusieron dos borlas de colorete , me hicieron un moño y me compraron un tutú azulón , el gran bolshoi se quedaba pequeño ante mis pies.
Después de unos años, la señorita nos dejó, ya no hubo más profes de ballet, a mi madre le venía muy mal llevarme donde abrió su propia academia y entonces ocurrió..., que ese horrible día acabase mi carrera artística...:-(

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que tenemos que rescatar aquellas graciosas fotos con tutú... que tiempos aquellos.
Yo era una pequeña hiperactiva y mi madre me puso a bailar con 3 añitos, yo creo que no se podía hacer a la idea de lo mucho que iba a marcar mi vida. Que cosas ahora cojeo por eso, bueno mejor decir que tengo andares rumbosos...
Lo deje a los catorce pq me dolía mucho y pq no me dejaban examinarme ... estaba tarada

isol dijo...

Me parto contigo, taradilla!, besotes